Pizza integral de espinaca


Es una variante riquísima y sobre todo baja en calorías, no hace falta estar a dieta para disfrutarla, pero si uno está dieta es una muy buena opción.
DIFICULTAD: Facil.
TIEMPO DE PREPARACIÓN: 1 hora y media aprox.
PORCIONES: 3 comensales (2 si están con mucho hambre!)

INGREDIENTES:
- Para la masa:
350 gr de harina integral
25 gr de levadura
170 cm3 de agua tibia
3 cucharadas de aceite de oliva ( y un poquito extra de aceite que puede ser de otra variedad, para pincelar la pizzera).
- Para el resto:
1 cebolla (yo prefiero cebolla colorada, pero se puede usar la común)
300 gr de espinaca hervida y escurrida
300 cm3 de leche (usar leche descremada si se desea una versión light)
30 gr de manteca
4 cucharadas soperas al ras de almidón de maiz (Maizena)
200 gr de mozzarella (usar queso port salut light para la versión reducida en calorías)
Condimentos (sal, pimienta, nuez moscada) y queso rallado, a gusto. Una pizca de azucar.

PREPARACIÓN:
Para optimizar el tiempo, es importante seguir el orden, para hacer el siguiente paso mientras se completa el anterior.
Primero, en 50 cm3 de agua tibia, deshacer totalmente la levadura y agregar la pizca de azúcar. Dejar reposar aproximadamente 20 minutos, hasta que se haga una espuma.
Mientras, picar la cebolla, y hervir la espinaca.
En un bol, colocar la harina haciendo un hueco en el centro. En ese centro, colocar una cucharadita colmada de sal, la preparación de la levadura, el aceite de oliva y el resto del agua tibia. Comenzar a mezclar de afuera hacia adentro con espátula, hasta obtener una masa que no se pegotee (si por la variedad de harina, la masa quedara pegajosa para la cantidad de agua colocada, simplemente agregar un poco más de harina).
Cuando la masa no se pegotea en los dedos, amasar un rato a mano y formar un bollo.
Dejar levar el bollo en el bol, tapado con un repasador y en un lugar cálido (p.e. se puede poner el horno a mínimo, y dejar el bol reposando sobre la cocina).
Mientras leva el bollo, nos abocamos al resto de la preparación.
Picar y escurrir bien la espinaca hervida, condimentar con un poco de sal y pimienta (acá se puede agregar algún otro condimento de su elección), y reservar.
Derretir la manteca, y rehogar la cebolla picada. Disolver el almidón de maiz en la leche, y una vez que la cebolla está transparente, agregarlo a la preparación revolviendo constantemente a fuego moderado, hasta 2 minutos después del hervor. Es importante revolver permanentemente para que no se hagan grumos ni se pegue. Condimentar la salsa blanca con sal, pimienta y nuez moscada.
IMPORTANTE: las cantidades de la preparación es para colocar sobre 1 pizza, mientras que las cantidades para la masa pueden ser para 1 ó 2 pizzas dependiendo si nos gusta muy finita o media masa.
Una vez que el bollo haya duplicado su tamaño (aprox. 30 a 40 minutos), vamos a disponer la masa en la pizzera, que debemos haber untado previamente con un poco de aceite (si vamos a hacer dos pizzas finitas, cortar el bollo al medio, y repetir lo que se describe a continuación para cada mitad). Para esto, primero desgasificamos el bollo amasándolo apenas un instante.
Colocar el bollo en la pizzera, y con las manos estirarlo desde el centro hacia los bordes, hasta cubrir la mitad de la misma, y dejarlo cubierto con el repasador unos 5 minutos más sobre la misma superficie en la cual lo hicimos levar.
Cuando destapemos, vamos a ver que levó aún más, y entonces terminamos de estirar la masa con las manos hasta que cubra la totalidad de la pizzera.
Cubrimos la pizza con la espinaca que habíamos reservado, y llevamos la pizza al horno precalentado, a temperatura de moderado a fuerte, por aprox. 10 minutos. De todos modos, como esto es muy relativo al grosor de la pizza, al tipo de horno, y al gusto de los comensales (hay quienes prefieren bien doradita, otros más blanquita...), debemos basarnos más en la vista y el olfato que en el tiempo que se detalla en una receta!
Cuando la pizza esté a 3/4 del punto de cocción deseado, retirar del horno, esparcir la mozzarella/queso, cubrir con la salsa blanca, espolvorear con el queso rallado, y volver a llevar al horno, hasta que la superficie esté ligeramente dorada.

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